5 nov 2010

Sobre Ron Hardy


En la búsqueda de una analogía en el rock y sus piques entre líderes egocéntricos desde los años 60, no sería nada descabellado colocar a Frankie Knuckless al lado de la estatuilla de John Lennon para acabar diciendo que Ron Hardy tenía un aura de estrella rockera que Mick Jagger alcanzó a representar. Necesario de pies a cabeza para entender las pisadas firmes sobre las que se cimentó el house, en estado embrionario cuando daba sus primeras zancadas, que asomaba en los clubes americanos, sólo algunos pocos elegidos más merecen tantas reverencias en estas tres décadas de progresivas mutaciones musicales de dancemusic. Hardy fue, casi inconscientemente, un innovador, con una carrera corta e intensa pinchando en el seminal Music Box, club nodriza donde probaba sus experimentos caseros, cintas reel-to-reel y testpressings que en sus manos eran cócteles molotov lanzados ante una enloquecida audiencia que vivía la evolución de la música de baile en el momento y lugar adecuados. Nada me hubiera gustado más que estar ahí. Esos hechos fueron claves en la posterior evolución del house, tanto para bien como para -si lo hubo- mal.

La técnica de Hardy, a kilómetros de las mejores durante finales de los 70, mejor ya entrados los 80 -nunca sin demasiada destreza tras los platos- fue forjada en el mítico Warehouse (posteriormente, rebautizado como Music Box) y se basaba principalmente en alargar los tracks en vivo con dos platos y un reel-to-reel que muchas veces utilizaba simplemente con la tecla de pausa, dando algo menos de importancia a la mezcla (se trataba de mezclas casi siempre cortas, bruscas, ciertamente anárquicas), pastichear con géneros basándose en la pura (como tiene que ser) intuición -soul, Philly, funk, disco, italodisco, Chicago house, new wave, incluso rock- y acelerar los beats. Así lo cuenta Derrick May: "una vez vi a Ron Hardy pinchado Stevie Wonder con el pitch al máximo (+8), ¡sonaba terriblemente rápido!". Años más tarde declararía que Hardy es el mejor DJ al que ha visto en su larga carrera como profesional.

El Hardy músico y las comparaciones

A continuación una de las muchas ratonerías con las que Hardy experimentaba en vivo y que le proporcionaron la reputación de músico de cabina; un "backwards", pinchar un disco marcha atrás; pocos segundos pasado el minuto tres, un extraño ruido invade el piano Rhodes de Is It All Over My Face de Loose Joints. Está por ver si  la mezcla proviene de un plato o de las reel-to-reel a pesar de que todo apunta a lo segundo.



Escuchando sus sets se aprecian variantes en el mixing que ni Larry Levan o Frankie Knuckles, su principal competidor en la carrera house, dominaban; ecualización tirando a radical con frecuentes cortes de graves y subidas de agudos, inserciones magnetofónicas y constantes cambios de registro estilístico, el contrapunto a la dicotomía philly-disco de las discotecas de ambiente a mediados de los años 80. Según cuentan las crónicas de la época, Ron Hardy transmitía una energía que deslumbraba a quien le rodeaba. No muy lejos de allí, Knuckles meneaba al personal en el Power Plant, club de su propiedad que él mismo inaguraría.

Chez Damier contextualiza la diferencia entre el público de Knuckles en el Power Plant y el de Hardy en el Music Box: "Esencialmente era un tema de clases sociales: el Music Box era como la versión ghetto de la fiesta. Era muy macarra y había menos público gay que en el Power Plant. Los chavales terminaban todos sin camiseta gritando a lo loco o en un rincón tirados, a veces era incluso desagradable, pero me encantaba. Ese era el equilibrio. Teníamos Music Box una noche y Power Plant a la siguiente, eran grandes tiempos para salir a bailar." Las comparaciones con Larry Levan también son frecuentes: los dos de color, gays y pinchadiscos con gran energía y explosividad. Marshall Jefferson, el mejor productor de la época para la mayoría, apuntilla: "cuando vi por primera vez a Larry Levan en acción no me impresionó nada porque antes ya había visto a Ron. Nadie podía compararse con Ron, su actitud, su entrega... era alucinante".

Este delicioso edit, en sus manos y dentro de la cabina se convertía en una marcianada. La voz de Patti Labelle alcanzaba una velocidad endiablada que junto a los empalmes reel-to-reel podía transmitir esa sensación que llegaría a ser familiar algunos años más tarde: los loops techno. A partir del minuto 3:


Algunas de estas mezclas en vivo fueron empaquetadas entre 2005 y 2009 en unos bootlegs de prensaje limitado y sonido bastante regulero en el sello arrancado por Bill, hermano de Ron: Partehardy. La mayoría de referencias se agotaron en semanas aunque si buscan bien encontrarán stocks sobrantes en Boomkat, Phonica o Picadilly Records. Existe un cd-r que recopila los 12 pulgadas, igualmente difícil de encontrar.

La germinación de Acid Tracks

11:17 minutos de gloria
Marshall Jefferson tiene recuerdos medianamente nítidos de esos años: "Ron pinchaba cosas como el It's My Life de Talk Talk, el Walk The Dog de Laurie Anderson (cara b de Superman), Benny Goodman, ABC, Eurythmics y todo eso. Frankie (Knuckles) nunca lo hubiera hecho, era incapaz. No salía de la parte negra de la disco-music, pero Ron sí se atrevía, y a velocidades altísimas, era un genio".

Hardy estuvo de residente en el Music Box entre 1982 y 1986, año tras el cual empezó a apartarse progresivamente de las cabinas pinchando solamente cuando su salud se lo permitía. Un año más tarde, Spanky y DJ Pierre lanzan uno de los grandes singles del acid house bajo el nombre de Phuture, famosa en todos los clubes como Acid Tracks, en todos menos en uno; en el Music Box, tras las probaturas dentro de la cabina, se la conocía por Ron Hardy's Acid Track. Cuando Hardy empezó a pincharla nació el famoso "jack", que no es sino una forma espasmódica de baile -atrás, adelante, atrás, adelante en movimientos descontrolados- que acompaña al acidhouse y que llenaba cada noche el Music Box de chavales dispuestos a danzar frenéticamente.

Larry Sherman, The Traxman
Cuando Hardy recibió la demo de Acid Tracks y la pinchó por primera vez la pista se vació, tras lo cual llegaría a ejecutarla tres veces más en esa misma noche: "La primera vez que Ron la pinchó, la gente en la pista no sabía cómo actuar" comenta Spanky. "La segunda vez que la puso empezaron a moverse, y justo a la tercera la gente empezó a gritar de forma descontrolada". "Knuckles jamás la hubiera pinchado, no tenía agallas pero sí un estatus que defender" apuntilla Pierre. Y es que es por todos conocido que Frankie Knuckles tomaba pocos riesgos en cabina, siguiendo la linealidad del house más espititual, lo que algunos critican duramente pasados 25 años. Es justamente por cosas como esa, además de factores que alteraban lo que ahora conocemos como el proceso de acceso a la industria, que Hardy tenía a todos los músicos al lado de la cabina con demos exclusivas. Era mucho más fácil llevar una demo al Music Box que acceder a una compañía discográfica: Hardy la pinchaba con el músico delante, a distintas horas si hacía falta, así tanto el músico como el pinchadiscos procesaban la información al momento. Era, sin duda, un plan perfecto. 

La versión final de Acid Tracks no tuvo mucho que ver con la que estuvo un mes seguido sonando en el Music Box. Se redujeron los BPM de 126 a 120 ya bajo la tutela en la producción de Marshall Jefferson, que, en un momento en el que salían técnicos, dj's y productores de debajo de las piedras, se convirtió en probablemente el mejor y más reputado productor de toda la ciudad de Chicago. "Le empecé a pasar cintas de chavales de Chicago; una vez le dí en mano 15 cintas experimentales de Sleezy D, ¡las pinchó todas la misma noche!" comenta Jefferson en una entrevista reciente. "Frankie nunca hubiera cogido esas cintas. Él intentaba mantener un estatus basado en la calidad, lo que implicaba pocas tomas de riesgos. Irremediablemente cogieron caminos distintos". Acid Tracks fue finalmente prensado en la única fábrica de vinilos de Chicago, propiedad de Larry Sherman, el mismo hombre tras Trax Records que nada tenía que ver a la discográfica de la acera de enfrente. La rivalidad entre Trax y DJ International era parecida a la que mantenían Hardy y Knuckles. Lo que DJ International rechazaba solía acabar en manos de Sherman, que, si daba el visto bueno, era publicado a las pocas semanas. Y así discurrían los días.

El Music Box

Se trataba de una sala larga y estrecha, pintada completamente de negro, con solo un par de luces estroboscópicas y unas condiciones espectaculares para escuchar música a alto volumen. Hardy modeló el soundsystem a su antojo, dando especial preferencia a los graves y los agudos, a los que tanto le gustaba exprimir.

Volvamos al backwards del vídeo. Chip E habla con claridad: "Ron montó el reel-to-reel en la cabina y al poco tiempo empezó a violar los códigos del deejaying: le pasé el It's House y empezó a pincharla del revés. Todo el mundo enloqueció. Recuerdo que la gente iba a las tiendas de discos y pedía la versión backwards del tema, que claro, no existía". Todo eso, unido a su adicción a la heroína hicieron mella en sus sesiones. Hardy, debido al estado mental que le causaba la droga, empezó a acelerar los beats hasta extremos insospechados, subiendo el pitch de los platos hasta +6, +7 e incluso pinchando al límite de velocidad permitida por un Technics 1210: +8. 

Adonis remata: "En mi vida he escuchado un soundsystem mejor que el que montó Hardy en el Music Box. Tenía un control absoluto del sonido, creo que ahí dentro sonaba surround antes del surround. Podías acercarte a mitad de invierno y parecía que estabas en el mismísimo infierno [...] el calor era terrible, los chavales iban por ahí sin camiseta como si nada. Ron estaba en cabina rodeado de gente que coreaba su nombre, todo el mundo le adoraba, ¡tengo las cintas que lo prueban!". Y sigue; "Cuando Ron pinchaba, lo hacía para llevarte a alguna parte, no ponía el disco que todo el mundo quería escuchar. Ni tan solo pinchaba por dinero, para él era una forma de vida, puro arte...". Música a todo trapo y con buen sonido, experimentación, talento y ganas de romper tabúes, una escena en efervescencia junto a un tipo de público liberado y preparado para abrir tantas puertas como sea necesario. Parece una utopía pero ocurrió.

Clave en el paso en falso de la música disco hacia el house en su faceta más experimental, decisivo en la introducción masiva del acid en los Estados Unidos y por extensión a todo el planeta, Ron Hardy falleció en 1991 sin haber concedido nunca una entrevista a un medio de comunicación, ignoro si alguien lo intentó. Casi 20 años después de su muerte, su estatus de figura esencial no para de crecer. A lo mejor esa analogía del primer párrafo no tuvo que ser con Mick Jagger, sino más bien con la figura opaca y talentosa de Ian Curtis o la destructiva silueta de Johnny Rotten.

Enlaces
Entrevista con Larry Sherman (PDF, 1989, ing.)

Descargas

Todas las declaraciones están extraídas del fanzine Faith y de los libros Last Night a DJ Saved My Life: The History of the Disc Jockey, de Bil Brewster y Frank Broughton, The Record Players: DJ Revolutionaries de Bill BrewsterTurn The Beat Around de Peter Shapiro, los cuales de paso, os recomiendo. Así mismo, algunas de ellas están incluidas en libreto interior de Acid: Can You Jack, publicado por Soul Jazz en 2005.