30 abr 2014

Bocados de Balearic: en conversación con Alfredo Fiorito


Desde que en 1967 el aeropuerto de Ibiza abriera sus puertas la entrada de turistas a la isla no ha parado de aumentar. Se calcula que aproximadamente medio millón la visitan entre mayo y septiembre, temporada alta. Además de turistas, la isla ha gozado siempre de magnetismo tanto para beatniks y hippies (1960's-1970's) como para inversores o cazafortunas (00's). Huido de una dictadura militar, Alfredo llegó a Ibiza en 1976. Su figura cambiará la música de club y supondrá un revulsivo cultural. Esta es su pequeña historia de su boca.

Cualquier persona que haya excavado más allá de los cuatro nombres de moda en la música de baile de los últimos 30 años coincide en trazar cuatro o cinco puntos cardinales en el mapa. Se trata casi con toda seguridad de Chicago, Ibiza, Detroit y Londres. El quinto admite discrepancias. Algunos apuntarán Nueva York, otros Manchester, puede que Kingston, los más atrevidos Valencia. Lo cierto es que la retroalimentación entre muchos de esos puntos pasa por las Islas Baleares. El house y las raves no tendrían sentido sin ese enlace, que pasa de Chicago a Ibiza y de ahí a Manchester previo paso por el West End londinense. Al trazar esas líneas todos coinciden con un nombre: DJ Alfredo. Les cuento esto porque han sido muchos los años que he intentado sin éxito perseguir la estela de Alfredo. Hará unos 5 o 6 años escribí un artículo para un blog en el cual intentaba adivinar los motivos del retorno del sonido balearic. La pasta estaba aldente para Prins Thomas, Lindstrom y todo el revival escandinavo de nudisco, el cual se apagó con bastante celeridad. Ese rodeo al sonido balearic, de intensidades y tonalidades poco constantes, esa puesta al día, era de rebote un toque de atención a los medios españoles, cero interesados en saber más. Cero interesados en rescatar una historia que ha pasado en parte aquí y en la cual todos los protagonistas siguen vivos y en algunos casos de actualidad.

Ibiza, 1982
A través de un amigo contacto con Alfredo. Me dicen los que le conocen que es muy reticente a dar entrevistas. Sus motivos tendrá. Le explico que es extraño que un personaje capital en el devenir de la música de baile no tenga ni una línea en castellano en toda la red. En el momento de escribir esto tampoco recuerdo menciones en prensa escrita. Da la sensación que el periodismo musical nacional no sabe o no ha querido saber cuál es la historia de Alfredo, de Amnesia y de paso del acid house. Puede que porque la revolución del acid house quedara lejos, puede que por pura inopia, quizá porque se sigue pensando que Ibiza no es España; el caso es que para encontrar un texto acerca de Alfredo hay que leer inexorablemente inglés. Consigo su email y le escribo cuatro líneas. Al rato me ha contestado: le apetece hacer la entrevista.

Me cuesta encontrar referencias a tu figura en internet en lengua castellana. Diría que no has dado demasiadas entrevistas con medios nacionales.

"Hace mucho que no hablo con medios nacionales. Di una con el Diario de Ibiza y otra a El País, pero de eso hace ya muchos años."

¿A qué crees que fue debida la falta de interés?

"En los momentos en los que yo era muy conocido en España no se hablaba mucho de Ibiza, se trataba de un mundo aparte. En España la música house, el balearic y todo esto no despertaba ningún interés, no se conocía salvo quizás en Valencia, que tenía una cierta conexión con Ibiza a través del new beat y más tarde el bakalao."

Nacido en Argentina en 1953, Alfredo vive en Rosario hasta los 23 años. El 24 de marzo de 1976 la junta militar dirigida por Jorge Rafael Videla toma el control del gobierno. Fiorito se exilia a Europa. Tras un breve paso por Madrid, Barcelona y París, el por entonces periodista musical y promotor visita a un amigo en Ibiza, donde sin saberlo va a forjar su leyenda. ¿Cómo era España cuando llegaste en 1976?

"Mi primera impresión fue que estaba mucho más atrasada que Argentina, especialmente a nivel social. Había mucha diferencia."

Tengo entendido que compraste tu primer disco de house en Madrid.

"Fui a trabajar a Madrid a una discoteca que se llamaba también Amnesia durante los años 85 y 86. Era una especie de franquicia, lo llevaba una gente que trabajaba en el Amnesia de Ibiza. El propietario se llamaba Pablo Carvajal. Era también el dueño del teatro Alfil, en la Calle Pez. Amnesia estaba enfrente del Santiago Bernabeu, en los bajos de un edificio redondo que había, no sé si sigue ahí. Los discos se los compraba a un señor americano, un ex-jugador de baloncesto. Se los traía de Estados Unidos a Madrid, donde los vendía a DJ's amigos de la ciudad. Un día me dijo "mira, esto que tengo aquí es muy moderno, nadie lo quiere." Era un disco de Chip E."

¿Dónde comprabas los discos entonces?

"Mayormente fuera de España. Había una tienda de discos en Ibiza, se llamaba Import y también la llevaba un francés. Algunas cosas las conseguía ahí. A partir del 84 empecé a viajar porque mi hijo vivía en Alemania. Solía hacer el trayecto via Milan, luego iba a Zurich y a veces a Dusseldorf. En esos tres lugares compraba la música. La compraba en un sentido alternativo, no iba a los sitios típicos. En uno de esos viajes compré muchos de los discos que caracterizaron el sonido de Amnesia, como Jíbaro."

Amnesia, 1982
¿Por qué decidiste irte a Ibiza?

"Tenía amigos con los cuales me carteaba que vivían allí. Llegamos en el mes de septiembre en barco a Barcelona con mi mujer, la que después sería la madre de mi hijo. Quisimos ir a visitar Ibiza ya que teníamos muchas informaciones positivas de la isla. Buscábamos la libertad que nos habían quitado en Argentina. España no era exactamente un lugar donde respirar libertad, todavía vivía Carrero Blanco."

¿Te sentías identificado con la cultura hippie en ese momento?

"Bastante."

En 1977 nace su hijo Jaime. Fiorito pasa sus primeros años en la isla aceptando trabajos de todo tipo (diseñador de moda, barman, repartidor e incluso vendedor de velas en el mercadillo). Pocos años después un amigo le confía un bar. Además de la bebida, el bar cuenta con dos platos, una mezcladora y una pequeña colección de discos. Alfredo combina el trabajo tras la barra y el de pinchadiscos.

¿Cómo era Amnesia antes de que cogieras el mando?

"Era la discoteca alternativa de Ibiza, donde generalmente iban los grupos a tocar. Los Specials, Madness, Joe Jackson, Fun Boy Three... la llevaban unos franceses, la había hecho un arquitecto de Madrid. Parte de la discoteca era un lugar de reunión de músicos, los llevaban los sannyasins de Osho. Eran muy buena gente. Había muchos amigos y conocidos que no tenía donde comer o ducharse, no había agua corriente en muchas casas todavía: ellos los ayudaban. Cocinaban en plan macrobiótico, vegetariano. Además tenían un generador y organizaban conciertos. Yo iba antes de ser DJ con mi ex mujer, nos reuníamos con amigos. Lo transformaban en discoteca dejando la estructura de la casa y del jardín. Era muy bonito. Se trataba de la alternativa a las discotecas que había en ese momento, el Pachá y el Glory's, discotecas normales donde pinchaban música "alternativa", mayormente rockera. Cuando yo empecé a ser DJ en un bar en el puerto Amnesia seguía siendo la discoteca "alternativa." Yo quería trabajar ahí, era mi sueño en ese momento. A los dos años pude hacerlo, ya con otros dueños, otros franceses. El director era español. Me hizo la prueba. El primer año no me aceptaron. A la segunda, 1984, entré."




Hablado de franceses. Tengo entendido que hubo una figura clave en tu vida durante esos años. Se trata de Jean Claude Maury.

"Jean Claude Maury fue durante unos años el DJ de Glory's, cuando Glory's cerró Ku cogió Amnesia. Él venía desde Bruselas a pinchar. Fue la persona que más me influenció porque también tenía un estilo muy ecléctico pinchando, le salía muy bien. Fue mi gran inspiración."

Durante el verano de 1984, Fiorito tiene la oportunidad de pinchar en Amnesia, por entonces una discoteca totalmente vacía, según Trevor Fung "pinché cerca de dos semanas en Amnesia. No iba nadie. El club estaba muerto. Tal como entré acabé saliendo. No funcionó: perdí mi trabajo."(2) El siguiente en probar suerte fue Alfredo. ¿Qué tipo de sesiones hacías a mediados de los 80?

"El primer año hacíamos de 12 a 6 de la mañana, pero con ese horario no solía venir nadie. A mediados del 84, que es cuando ya estaba por aquí Trevor Fung, la cosa cambió. Teníamos que esperar un buen rato por la mañana para cobrar, así que una amiga me dijo: "¿por qué no pinchas para la gente de aquí mientras esperamos para cobrar?" Entonces me pagaban 5.000 pesetas por sesión. Al no hacer mucha caja tenían que ir de un lado a otro para reunir el dinero, se tardaba un tiempo. Total, que empecé a poner discos de madrugada. Al estar la discoteca al aire libre y pasar la carretera tan cerca, toda la gente que bajaba del KU paraba sorprendida y entraba para escuchar la música. En una semana la discoteca se llenó."

El primer día acuden entre 50 y 60 personas. El segundo 300. El tercero 500. Unas semanas después el club está hasta la bandera. Como en el fenómeno Valencia, la leyenda de Ibiza tiene mucho de eso llamado espacio-tiempo. Sin todas estas casualidades temporales la historia sería bastante distinta. A pesar de todo no se puede quitar ni un ápice de mérito al trabajo de Fiorito. Según José Padilla "la isla en el 84 ya tenía su pequeña colonia de DJ's, pero nadie tomaba los riesgos que tomaba Alfredo. Él estuvo en el sitio y momento adecuados, pero además puso lo que hay que poner encima de la mesa y dijo "esto tiene que ser así.""(3) 

¿Hasta qué hora estabais?

"Mediodía, 12 de la mañana, a veces hasta las 2 de la tarde. A partir de ese momento empezamos a abrir a las 3 de la mañana y a cerrar a la 1 del mediodía. Creo que fue uno de los primeros after-hours del mundo. De hecho creo que ni existía la palabra after-hours" (risas).

Alfredo en el booth de Amnesia, 1988


Imagino que ves cambios significativos en la forma de salir de noche del público de ahora.

"La gente que viene ahora viene muy predispuesta, con una idea fija en la cabeza. Los jóvenes siguen siendo jóvenes y siguen teniendo la misma reacción hacia Ibiza que tuve yo cuando llegué. Se encuentran con un lugar lleno de gente de todas las nacionalidades, se cruzan con gente nueva cada día. Claramente antes no estaba esta parafernalia de priveés, VIPS, superVIPS y cicerones, te dan hasta putas. En ese momento todo eso no existía. Habían drogas, claro, pero se trataba muchas veces de algo fortuito. Salías y de repente había uno que tenía, no estabas preparado como ahora: la gente lleva de casa en los bolsillos todo lo que necesita."

¿Dirías que Ibiza ha ido pues a peor?

"Ibiza ha ido a peor de la misma manera que todo el mundo ha ido a peor. Ibiza se hace con gente y esta gente viene de otros países y en estos países suceden cosas que hacen que todo vaya a peor. Sí, aquí se ha creado una clase social súper potente y otra clase social que tiene poco o nada, y eso es un reflejo de nuestra sociedad."

¿Qué queda de todo eso? ¿Sigues conservando amigos de esa época?

"Muchos se han ido, algunos han muerto... cuando empecé con la discoteca perdí muchos amigos. La vida de la noche te hace perder el contacto con la vida diaria. Yo estuve muchos años metido en eso y eso hace que te aisles, la vida que llevas en "anormal", los horarios no coinciden, te levantas muy tarde todos los días. Te recluyes en un grupo particular que comparte tu tipo de vida."

Amnesia coge forma año tras año, pero el verano que cambiará las reglas del juego es el de 1987. En agosto los veinteañeros Paul OakenfoldDanny RamplingNicky Holloway y Johnny Walker cogen un avión desde Londres destino Ibiza. Oakenfold es un hombre con mucho bagaje musical: lleva dos clubs de hip-hop, ha hecho de promotor para Run DMC y Beastie Boys, bajo el seudónimo Wotupski tiene una columna en el magazine Blues And Soul y ha pasado por el Paradise Garage en repetidas ocasiones. Además tiene la antena activada en cuanto a tendencias. Por cuarto verano consecutivo alquilarán una casa en San Antoni. Aconsejados por el DJ británico Trevor Fung se dirigen la primera noche a Amnesia, una discoteca grande y un tanto apartada del centro de ocio ibicenco. Allí ocurrirá lo inevitable. "Nunca antes había tomado drogas" asegura Johhny Walker "y nunca estuve convencido de tomarlas, pero vi que todos tomaban y me dejé llevar. A la media hora nos abrazábamos con una sonrisa de oreja a oreja. Estábamos en un sitio al aire libre, con una temperatura agradable y con muy buena música. Para mí fue una experiencia única, inspiradora."(1) ¿Sigues manteniendo contacto con Oakenfold?

"Sí, aunque esporádico."

Sé que es una pregunta que te han hecho mil veces, pero tengo que hacértela. ¿De dónde surge la idea de pinchar muchos estilos en una misma sesión?

"Porque el público que tenía era muy variado. Trabajadores de otras discotecas, gente que llevaba ahí toda la noche, gente de distintas edades y razas que además hablaban distintas lenguas. Tenía que hacer que se divirtieran y que compartieran la noche. Eso por un lado. Por el otro mi cultura musical. Venía de Sudamérica, venía del rock and roll. Estaba también influenciado por la música que sonaba aquí en Ibiza, música de la movida madrileña, aquí se escuchaban mucho Golpes Bajos, Alaska, Radio Futura. Mezclé todo eso con reggae, con música italiana, francesa, inglesa, música latina. Todo valía. Tuve la suerte de que el público era muy receptivo en un horario también muy receptivo. Eso es lo que pasó con el balearic, aunque para mi no era ni balearic. Hacía lo que me parecía en ese momento. La etiqueta la pusieron otros. Fue su manera de comercializarlo, de crear un nuevo niche en Inglaterra."

Imagino que algo parecido pasó con José Padilla. La etiqueta chill-out fue un traje a medida.

"Claro. Es lo mismo. En realidad se trataba de un problema estructural. En España no había DJ's preparados para eso. Mira, sería el año 84. Me fui a trabajar un tiempo al Up & Down en Barcelona. Me fue bien, pero recuerdo que me costó mucho. Parte del público era público que me conocía de Ibiza, eso ayudó bastante. Estuve unos dos o tres meses."

Alfredo es ahora un DJ a tiempo completo, es decir, pincha 7 días a las semana durante seis meses al año. La eclosión de Alfredo es también la eclosión de Amnesia, un desierto humano unas pocas semanas atrás. Así lo relata Nicky Holloway: "Era un sitio increíble. Esa noche fue la primera en mi vida en la que pisaba un club al aire libre. Alfredo estaba pinchando música que conocíamos sobradamente, solo que nunca se nos habría ocurrido ponerla en ese orden. Había una mezcla de Chicago house primerizo y algo que honestamente describiría como música pop. Eran remixes dance de canciones pop."(4) Para Rampling: "Amnesia fue una completa revelación. Alfredo como DJ servía una mezcla de texturas musicales comparables de alguna manera a un cuadro de Miró. Para mí era el Larry Levan europeo. De alguna forma estaba conectado con un norteamericano que formó parte del personal del Paradise Garage y que además le mandaba discos." (5)

Tras el éxito y la explosión del acid empezaste a viajar. ¿Pinchaste a finales de los 80 en Inglaterra?

"Bueno, los primeros años no podía viajar a Inglaterra porque era Argentino. Al haber habido una guerra no tenía permitida la entrada. Dos o tres veranos después, sería el 89 o el 90, no lo recuerdo, gracias al esfuerzo de Oakenfold, Rampling y sus allegados pude ir a pinchar a Londres. Al llegar ahí me di cuenta del alcance que había tenido mi trabajo."

La pirámide de Amnesia (foto Dave Swindells)
¿No te lo imaginabas?

"Me habían contado algo. Me habían mostrado un artículo que había publicado el Independent que hablaba de un nuevo estilo musical surgido en Ibiza, me nombraban. Iba en primera página, en una columna a uno de los lados. Ese artículo llegó a la redacción del Diario de Ibiza, me hicieron una entrevista. Para mi fue una sorpresa y un honor. ¡Joder, los ingleses!"

Después de ese verano ya nada será lo mismo. Con Shoom a la cabeza, en 1988 se abrirán los primeros clubs londinenses dedicados al balearic primero y al acid después. El hedonismo y la iconografía smiley se traslada también a la moda y la cultura popular se ve inundada, primero en Inglaterra y luego en el resto de Europa. Le llamarán el segundo verano del amor y se extenderá hasta 1989. Después llegarían las raves. El resto de la historia es de sobras conocida.

Alfredo en la actualidad

Referencias:
1, 3: Altered State: The Story of Ecstasy Culture and Acid House (Matthew Collin)

2: http://www.djhistory.com/features/in-search-of-balearic
4: http://www.bbc.co.uk/radio1/ibiza99/nicky_eselibiza.shtml 5: http://www.theguardian.com/music/2007/aug/12/electronicmusic

15 abr 2014

Dancing on Narrow Ground: Youth & Dance in Ulster


Comisionado por el británico Channel 4 pero nunca aireado en televisión, 'Dancing on Narrow Ground: Youth & Dance in Ulster' es un documental que indaga en la escena rave en Irlanda del Norte a principios de los 90. El director, el sociólogo especializado en subculturas juveniles Desmond Bell, nos descubre a un grupo de chicos y chicas de Belfast en un entorno especialmente viciado por las continuas disputas entre católicos y protestantes. Si te gustó Good Vibrations, película que habla de la escena punk irlandesa con semejante enfoque, 'Dancing on Narrow Ground' te encantará.



"Dancing on Narrow Ground: Youth & Dance in Ulster, a documentary film about mid-90s Northern Ireland that shows a side of rave culture that's often alluded to, but rarely considered fully: did rave really bring everyone together? Or was that, again, a romantic scenario, quashed by the sociopolitical realities of daily life? Originally commissioned by Channel 4 but never aired on British TV, the film shows pre-Good Friday Agreement relations between young Catholics and Protestants; how rave presents a brief escapism from violence and sectarianism, gradually rendered bittersweet and, by the films close, seemingly futile. The concept was influenced by John T Davies' classic film on punk in Northern Ireland, Shell Shock Rock. This theme of punk providing a haven from the political conflict in Northern Ireland for young people has found expression more recently in the feature film Good Vibrations; a nostalgic and flawed take on punk in Northern Ireland. In any documentary film, you are on an emotional roller-coaster. As relations with the young ravers developed, I moved away from exploring a sociological thesis to an engagement with a very particular bunch of personalities. Filming took place in quite difficult production conditions, in what remained a dangerous time on the streets of Northern Ireland. A sort of duty of care emerged. We were not youth workers; you did fear for some of the young people we filmed, but you also need to maintain boundaries. In the end you are making a film, usually for a broadcast audience, and the job has to get done. Although, the film was never in fact broadcast in the end, as it trod on too many toes. Films like this are all about forging trust between film maker and subject, while at the same time recognising that each come from different locations.

The film maker is often more privileged than their working class subjects - a theme we explored in the film, in one bruising encounter. Rave was probably the last subculture before the deluge of social media which in promoting individualism and celebrity has rather overwhelmed the sort of face to face, group, and street based cultures; where young people could explore their identities while remaining rooted in place, class and generationally generated forms of music, dress and social activity. And of course, now we are nostalgic about this loss of youthful energy. The particular economic, social and political context of sectarianism in mid 90s Ulster is extremely potent and well documented, but focusing a film on this in the context of rave culture shows new sides of it all. Why do you think rave music and culture was popular in 90s Ulster? The music was dance music and participative with no real stars. You danced 'till you dropped. The venues and the broader rave culture - the impromptu parties and events - provided a respite from sectarianism, a safe place to meet in a society scarred by violence. The young people who participated contracted into this utopian place. As with a lot of youth cultures, the energy came from the margins and rave shrunk the distance between metropolis and periphery. Musical styles and favoured DJs travelled fast.

What was heard in Amsterdam one week could be heard in Belfast weeks later. And most importantly, it was yours - your music, your dance, your body, your friends - experienced uniquely. It was always going to be a temporary respite from the problems of the "adult world": sectarian division, dead end jobs, a school system likely to fail you. After the heady excitement of the rave people had to go back to their divided communities, and to the constraints of working class life in Northern Ireland. The experience may have encouraged some young people to reach out towards a political settlement that would tackle sectarianism. Sadly, that's not what they got; as the current settlement has entrenched sectarian divisions rather than removed them, we're still stuck with the same shower of political bigots ruling us. Rave brought temporary release from the pressures of living in a sick society, some of that release being drug induced - and so there were casualties. Some of the young people we worked with developed serious drug habits, lived on the wrong side of the law and died early. For most, the rave experience was formative and was mind expanding…. although the transition to adult life in a society of constraint could be difficult. Perhaps you finding this film will lead to a reunion of the rave crowd. Who knows - I'm up for it. Many of the former ravers are in communication with each other still. The film is a sort of family album, all be it with a political message tucked into it.





3 abr 2014

Frankie Knuckles y JM Silk en la inauguración del Power House (1986)


Frankie Knuckles pincha en la apertura del Power House en octubre de 1986. Mientras, el reportero (Phil Ranstrom) se pasea por la puerta y la pista de baile y captura el sentimiento del momento. En un momento la cámara se detiene para entrevistar a uno de los asistentes: "House music represents another form of black music wich is brought from the street here in Chicago. House music is excitement." Avanza la noche y aparece J.M. Silk en el escenario. Suenan Shadows Of Your Love y Jack Your Body. El acid house está a punto de llegar.



R.I.P. Frankie Knuckles